Te cuento que mientras ordenaba archivos de mi PC, encontré una carpeta con varios textos de hace años. Entre diversas remembranzas escritas que revisé, vi una que se llamaba “Mejor lo escribo ahora…” de la fecha 06 de octubre del 2013. Me dio curiosidad y entré. Era como una pequeña reseña personal sobre el único concierto de Alice In Chains en Perú… escrita cuatro días después del show, o sea fresquiiiiita. También noté que fue realizada para este blog, pero por alguna razón no lo subí en su momento. Vi datos que ni me acordaba que pasaron, así que lo copiaré todo tal cuál acá… bueno, omitiendo un par de detalles ahora innecesarios. Hubiera hecho esos escritos en cada show a los que asistí, es una experiencia genial. En fin, cumplió su cometido, ahí va:
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Mejor lo escribo ahora, antes que me olvide... aunque lo que
viví el 02 de Octubre en el Parque de la Exposición fue algo ummm inolvidable.
Pocas veces me quedo con un concierto en la cabeza tantos días, que ni me deja
trabajar aunque quisiera (sí, claro). Qué bueno sería tener conciertos como
esos todos los días, harían a la gente más feliz, caminando por ahí con una
sonrisa. Esto no es tanto una reseña, sino un escrito que hago para en un
futuro acordarme esa noche especial, ya que dudo que alguien siga leyendo este
calato blog que ya ni se pueden descargar mis discos, y eso era el atractivo.
Como varios sabrán, Alice In Chains es una de las bandas favoritas del perro. Estos dinosaurios nunca habían tenido una gira sudamericana hasta este año. Lo del 2011 no lo llamaría gira ya que sólo se presentó en dos envidiables festivales. El primero fue en Maquinaria Fest de Chile. Recuerdo ese festival porque renegué mucho en la universidad al enterarme del line up; ver que bandas como Faith No More, Chris Cornell, Primus, Stone Temple Pilots, Alice In Chains, entre otros estarían tan cerca y ni una vendría a Perusalem (aaarrrggg). Ya, el segundo fue SWU en el país de Ronaldinho, lugar que ya pisaron lasconverse botas el año 1993, y el único afortunado del
continente que logró ver a Layne Staley moviendo su cabeza en el Hollywood Rock. La banda terminó
sorprendida con el público hace dos años, uno de los mejores según ellos. No sabían que en este pueblo al sur
de los Estados Unidos hay gente apasionada y caliente que los esperaba hace mucho tiempo.
Como varios sabrán, Alice In Chains es una de las bandas favoritas del perro. Estos dinosaurios nunca habían tenido una gira sudamericana hasta este año. Lo del 2011 no lo llamaría gira ya que sólo se presentó en dos envidiables festivales. El primero fue en Maquinaria Fest de Chile. Recuerdo ese festival porque renegué mucho en la universidad al enterarme del line up; ver que bandas como Faith No More, Chris Cornell, Primus, Stone Temple Pilots, Alice In Chains, entre otros estarían tan cerca y ni una vendría a Perusalem (aaarrrggg). Ya, el segundo fue SWU en el país de Ronaldinho, lugar que ya pisaron las
Move Concerts anunció ese evento un día de junio a las 6am; en
ese instante llamé y escribí a varios amigos, como adelantándoles la noticia
(siempre quise hacer eso, jejeje). Pasaron los meses y llegó el día 01 de
octubre: ahí comenzó todo. Estuve más atento que nunca, revisando fuentes,
comentarios y voladas sobre la llegada de AIC al Aeropuerto Jorge Chávez. Por
ahí vi en una comunidad de la banda que salían de Chile a las 2pm, cosa que
estarían en Perú plan de 4:30pm. Para eso, ya la gente estaba desde las 4pm
esperándolos. Pasé dato a mi amigo el grone, que trabaja en el aeropuerto, y desde
allá me reportaba. Pasaron varios minutos vacíos y me contó su logro: se tomó
foto con todos, y Jerry Cantrell le regaló una uña oficial. Me sentí bien que la
bienvenida a la banda fuera desde los interiores del aeropuerto. Mi amigo, con
su inglés admirable, habló con los chicos malos de Seattle, contando los deseos
de Cantrell de conocer Cuzco y de la gran persona que es Mike Inez, que lo
llevó a casi olvidar sus maletines. Qué lujo se dio mi amigo, y en pleno hueveo
trabajo. Pasaron las horas y yo quería mi turno, el lugar sería el Hotel
Hilton.
Saliendo de la chamba, tomé taxi con mi primo, que viajó
desde Arequipa, para conocer a estos locos melenudos. Tenía nervios, tenía hambre,
y tenía el Dirt con el Unplugged que compré en gringolandia a
oferta. Llegamos y nos fijamos que la gente no estaba en la entrada principal,
sino parados en el restaurante del hotel. Bueno, la clásica es llevar a la
banda a un paseíto por Miraflores y luego a un restaurant burgués para
degustar de la riquísima gastronomía peruana, donde todos menos Morrisey
los artistas quedan muy satisfechos.
Pero en este caso, no se movieron mucho en ese aspecto. Sólo
vi cenando a Jerry Cantrell, Sean Kinney y Mike Inez alguna comida rara, todos
normales hasta que alguien tomo una foto con flash y cerraron la cortina,
chessss. Esperamos intranquilos, hasta que una seguridad nos dijo que
saldrían dos a firmar nuestras huevadas. Salió el “Águila Dorada” y el de la
sonrisa interminable. La seguridad de Cantrell no dejaba tomarle fotos, pero sí
hablar con él y darnos su respectivo autógrafo, vale. Distinto el caso de Mike
Inez, parecía un fan más, se tomó fotos y habló con cada uno de los ansiosos
fanáticos, sonriendo todo el tiempo, todo el tiempo, todo el tiempo. Mi primo, mi
amiga de conciertos chéveres y yo nos fuimos más que satisfechos, esperando la
noche siguiente.
Llegó el día del concierto. Hicimos la clásica: previar con
los amigos, comprar entradas que faltaban y, después de una hora, entrar al
Parque de la Exposición. Estaba tocando Contracorriente, única banda que hizo
de soporte a AIC en toda América del Sur. Según la empresa que se encargó del
show, fue el mismo Jerry Cantrell quien quizo que la banda de hardrock peruana
abra su show. Todo un honor, eh! Un local no lleno, pero con la gente que realmente quería
ver a Alice In Chains. Nunca faltan los que dicen que “sin Layne no es AIC”,
los fans están divididos en ese aspecto. Pero se perdieron esa sensación que varios
tuvieron en el concierto. Como dijo alguna vez Cantrell: El mejor tributo para
LS y MS es seguir con su legado.
Felizmente salí del baño, luego
de una larga cola, a dos minutos que empezara la banda de Seattle. Puntuales
y con pastruladas en la pantalla, los dinosaurios noventeros salieron al
escenario. Como en todo su tour, empezaron con Them Bones y la gente reventó en las dos
zonas. Los gritos desgarradores de Layne se transformaba en la potente voz de
DuVall, así empezaba un concierto fuerte y emotivo. Ya la cerveza volaba por
todos lados. Siguiendo con Dam That River
el público se achoró saltando en toda la canción, la banda emocionada en sus
rostros. Sus últimos discos dijeron presente con Hollow y Check My Brain. La
sonrisa de Inez no se bajó en ningún momento, es increíble estar así todo el
concierto ¿No le dolerá? Los saltos regresaron con Again, y yo volteaba para buscar a mis amigos, quienes nos perdimos
entre el mejor desorden que puede haber. Estar en esos momentos cerca de ellos,
mi gente con que iba a los tributos de Alice In Chains en Yield Bar -pensando
que la banda nunca vendría- haría del concierto algo más especial. Acabando la
canción, DuVall nos saludó con su voz áspera y sensual, empezando un tema que
sólo tocaron en Lima: Angry Chair.
Ese tema compuesto por Layne fue cantada como un himno hasta que empalmó con la
más emblemática y popular canción de la banda. En Man In The Box se notó que la gente dio todo más temprano de lo que
esperaban, yo estaba algo agotado.
Mi garganta el día jueves estaba
algo dañada, y uno de los culpables se llama Got Me Wrong. Uno de mis temas favoritos de mi vida, gritándola
cantándola como si jamás se fuera a reproducir. “I haven't felt like this in so long” era el
grito de
todo el parque, fue mi momento favorito del show. Last Of My Kind dio paso al clásico We Die Young, los brincos regresaron y
los locos nadaban entre los brazos. Siguió Stone
que nos mantuvo en la onda del dinosaurio. Jerry Cantrell siempre dedica Nutshell a LS y MS, no fue la excepción
en Lima y los coros llegaron a ser de lo más emotivo en la noche. En el solo de
guitarra, Cantrell hizo un gesto al público para que se animaran ya que se
apagaron por un momento. Pero no, sólo estábamos viendo al maestro dar cátedra
al frente de todos, no siempre tienes a un guitarrista de tal calidad e
influencia de toda una generación a unos metros.
“How about
Contracorriente? I like this guys”, dijo Jerry al referirse a la banda
peruana telonera. Se nota que cambiar al Mandy por el nuevo vocalista -que no
sé su nombre- les dio crecimiento profesional.
Regresando al concierto, Jerry cogió una bandera peruana que
le tiraron del público. Esa hermosa tela tenía estampada el rostro de Layne
Staley, la cual Jerry miró y se acercó al público con un “He said: EEEH”, como
imitando la voz de Layne. De pronto se escucharon los tambores de un temita de
aquellos. “Vamos, es No Excuses, ya pues,
salten carajo”, dijo mi amigo el negro. La gente lo escuchó y respondió
bien. Siguieron dos sorpresas con It
Ain't Like That y Sludge Factory ¡Sonaron
brutales! Algo clásico que hacíamos en los tributos era pedir Sunshine -que nunca la tocaban- y tampoco fue la excepción con la banda en vivo, en ese momento la pedíamos.
Repartieron uñas hasta de los pies, pasaron al encore.
Faltaba más, yo quería mucho más, pero sabía que no iban a tocar todo. Jerry Cantrell
regresó con un chullo peruano en su recortada cabellera para empezar una
experiencia que recuerdo como si fuera hace poco (jejeje), todo Down In A Hole lo canté junto a mis
amigos tan cerca al escenario que parecía un concierto de una banda local, todo
tan fácil y real, juntos salimos de un agujero y nos sentimos bien. El bajo
siniestro de Would? sería el principio
del fin. Un clásico dio paso a otro clásico. Tengo un recuerdo con su último
tema: el año 2010 –a mi regreso a Perú- me perdí en el aeropuerto de Texas; me di
unos minutos para escuchar música y pensar tranquilo, así que puse radio porque
tenía poca batería en mi mp4. Tiré mi maleta, me eché al piso y el locutor soltó
Rooster, qué sensación tan paja
escuchar esa guitarra y coros en un momento así… igual seguí perdido, pero de
buen humor. Pensando en eso, tenía que escuchar esa canción de otra manera, y
la solución fue un buen crowd surfing (sí, el del GIF de arriba).
Bueno, y así cerraron esa espectacular
noche. En el camino a la salida, comentábamos temblando del show. Como un niño,
no quería irme del parque. Se notaba aún la energía de la banda en el escenario.
Todo vibraba. Yo, pues temblando y ronco, pero feliz.
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