The Adicts en Perú (2019)



Foto: @eltupi_5


No olvidaré esa noche de enero del 2016. Mis emociones estaban como montaña rusa antes, durante y después de ver a The Adicts por primera vez. No escribiré de ese gran evento, solo pondré que: escuchar Blitzkrieg Bop, Clockwork Orange Theme, ver salir a los drugos, luego a Monkey que -mientras sonaban los tambores- abría esas malditas alas para empezar el show... Fue el comienzo más épico que vi en mi puta vida de conciertos punk. Un placer casi sexual. Pero ya está. Pensé que jamás los volvería a ver y que ese acontecimiento era algo único. Pero como soy gil y moriré gil muchas veces, me equivoqué.

Pasaron los años y uno necesita más de esa dosis de diversión y punk rock. Siempre alguien tiene esa banda que tan solo poner una canción te cambia un poco el estado de ánimo para bien, todos tienen esas etapas. El anuncio hecho por Atlantis fue algo sorprendente, casi inexplicable por apostar con tremenda puesta en escena para un público local que -claramente- no va a la segunda vez. Pero ahí estamos los fans, los seguidores y los locos que quieren de esa dosis… Y nada más que un día lunes. Como andaba con algo de dinero la compré apenas salió, recuerdo esa semana como la que más gasté en el año, pero esta valía mucho. Casi sin pensarlo.

Este evento –como en la primera vez- también lo viví con mi compañero de la vieja escuela del punk rock. Uno de esos locos que te da la vida, que lo encuentras en un concierto de un Ramone y al día siguiente, como si nada, en tu aula de clases. “Lo que unió un Ramone solo lo puede quitar un Ramone”, decimos… Jaja que de puta madre esa frase. Si el punk rock te da amigos, la esencia ramonera te da hermanos, y The Adicts también tiene bastante de esa sustancia rara.

Bueno, si llegaste hasta acá es que realmente quieres ver como fue el show. Va lo interesante: el evento. El día lunes -y bien uniformados- fuimos en busca de esa experiencia que esperaba vestida de blanco en el CC Embassy. El show no aseguraba un lleno total, todo lo contrario, pero esa es nuestra escena. Los adictos que necesitaban un show así para continuar con su vida monótona ya estaban afuera del bar desde temprano. Las respectivas previas con mi amigo y ya estábamos dentro del local, viendo un poco de Aeropajitas para luego también con cervezas dar sus pasitos con música de Ramones de fondo, viendo como entraban varias generaciones de adictos, algunos pintados y otros en traje.

La banda la hizo larga para que la gente siguiera entrando al local, cosa que no fue mucho pero bueno, sonó más tiempo Ramones para nosotros. Pasaron varios minutos haaaaasta que salieron los drugos con su respectiva Clockwork Orange Theme de fondo. Let’s Go abrió la fiesta con naipes volando y harto confeti, como debe ser. Luego, la gente tranquila que veías previando se transformó cuando escucharon los tambores de Joker In The Pack. Fue como un imán que nos jalaba a la pista de baile. OOOH YEAH! OOOH YEAH! OOOH YEAH! I’M THE JOKER IN THE PACK! Era el grito de la noche. Como dice la canción: We hit the dance hall, so smart and so chic. I make them laugh a lot, I make them accept me. Nos sentíamos en el personaje, todos éramos uno solo. La fiesta punk siguió con las relativamente nuevas Horrorshow y, la dedicada a sus fans: And It Was So ¡Hasta que llegó la avalancha de clásicos! Empezando por Tango,  esta genial canción en vivo -con bailecito y sombrilla incluída- alegró gran parte al perro desnudo. Dejábamos el baile descuadrado por los pogos en Easy Way Out, con ese clásico tiempo muerto del punk para armar el hueco, hacer tu chongo y sacarte la mierrrrrda. Me dio curiosidad que el tema de esa canción fue un poco lo que hablamos en las previas con mi amigo, de cómo la gente muchas veces no supera unos temas y elije el camino oscuro, y merecen ser escuchados. Bueno, seguimos en el show… La sorpresa -al menos para mí- fue Jhonny Was A Soldier. Nostalgia pura, cuando la repetía mil veces en mi reproductor el 2006, que empecé a descubrir a esta alegre banda, uffff. De ahí seguía la canción donde todos nos negamos ser un número en este mundo, fácil lo seguiremos siendo pero por un momento todos decimos I just wanna stay free! Don't wanna be a number three. Los clásicos seguían y sonó Troubadour, un relajo de canto y buenos momentos ¿Quién no quisiera ser uno? Justo recordé una anécdota que relacionaba esa canción con mi hermano de conciertos punk, el Embassy llegó a ser el lugar más ruidoso y tranquilo a la vez. La gente coreo I Am Yours y Angel como locos, esta última no me gusta mucho pero me sorprendió que la tocaran, es de las más queridas. Daydreamers dio un respiro al cuerpo, canción del Rollercoaster, disco que suena ochentero pero es del 2004. Un clásico del punk rock como Fuck It Up también estuvo en el setlist, Talking Shit continuo con los coros de los adictos a la vieja escuela. Hasta que llegó uno de mis momento favoritos… La canción que hizo que pirateara bajara todos sus discos en su momento fue Just Like Me y le metería al chongo por segunda vez ¡Simple y directa, JUST LIKE ME! El pogo siguió duro con “Mi novia fue aplastada – wa wa wooo- por una Steamroller!” qué locura… Y hablando de locura, la canción que más esperaba fue Crazy, no la tocaron los desgraciados la primera vez que vinieron, pero este tema fue el que hizo que el setlist sea mejor que el de 2016. The Adicts pide más locura al mundo en un ambiente de circo y persecución con esa canción, ese toque de insania para salir de la rutina y cambiar un poco lo normal, ir a la aventura. Merecía su respectivo crowdsurfing, así que felizmente la gente cargó los 69 kilos de este rufián. Entre esa canción hicieron una pequeña versión de Singin' in the Rain, qué lujo eh! Para hacer más divertida la noche, los drugos se mandaron con Who Split my beer? Derramando mucha cerveza a público con sus trucos y Chinese Takeaway que demuestra que siempre es entretenido escuchar una oda a la comida china. La coreada Bad Boy y Gimme Something To Do daban paso al cierre del evento, con la canción máxima de la banda, donde puedes interpretarla como quieras: Viva La Revolution! En ese momento estaba sin fuerzas y fui por una cerveza, miraba la cara de todos felices escuchando un hit, seguro para muchos una banda sonora de vida, un significado. No quise meterme al pogo por miedo para apreciar a la banda y al público que creo que esta vez sí sería la última vez que vengan, al menos en un show propio. Gran esfuerzo de esos tíos, demostrando que a cualquier edad te puedes dar tu vacilón y contagiar esa alegría y revolución a la gente. Cerraron con You Never Walk Alone y globos gigantes entre el público, no era Anfield pero la gente dejó su garganta en ese bar. Como caballeros, bailaron, saludaron y se despidieron varias veces antes de tomarse su merecido descanso. Gracias por regresar, qué tipazos esos viejos. Fantástico, me pareció fantástico. Nos alegraron el lunes y la semana, seguro.

Saliendo del evento con mi amigo, hablamos de la energía que dejamos en el show y la nueva energía que se ganó luego de este. De cómo hacen esas personas para envejecer con tanta energía, esos son trucos que uno metido en el mundo del rock seguro sabe. De todos los problemas que uno tiene pero se da una pausa para vivir una experiencia así, seguro The Adicts tendrán sus problemas, pero ese trabajo de alegrar gente es algo que todos quisiéramos hacer y recibir. Nos dicen que hagamos lo que queramos ¿Ese es el camino para la liberación y dejar de ser un número? ¡Si tendría que ser un número quiero ser el maldito 7 y ser como ellos cuando sea viejo!

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